"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".
El italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957), autor de El Gatopardo, acuñaba esta frase lapidaria para definir el cinismo del aristocrático personaje protagónico de su única novela. Y cómo fue amoldándose al triunfo inevitable de la revolución para usarla en beneficio propio.
Al respecto cabe recordar que la única creación literaria del taciturno y solitario escritor está ambientada en Sicilia (Palermo y Palma di Montechiaro) durante la unificación italiana. Y narra las vivencias de Don Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, y de su familia, en el período 1860-1910.
La novela, que Luchino Visconti adaptó al cine (1963), introdujo en las ciencias políticas los términos "gatopardista" o "lampedusiano". Ambos se usan para adjetivar al político, reformista o revolucionario que cede o reforma una parte de las estructuras solo para conservar el todo sin que nada cambie realmente.
Un noble proyecto
Sin dudas, el concepto del escritor nacido en Palermo -que ostentó los títulos nobiliarios de príncipe de Lampedusa y duque de Palma di Montechiaro- le cabe con creces a la remodelación ferrourbanística de San Miguel de Tucumán. El proyecto, con más o menos palabras en su nominación, asomó como una necesidad prioritaria hace ocho décadas y media. Desde entonces múltiples veces fue anunciado como de inminente ejecución. Pero, en la misma proporción también fue frustrándose. Hoy es casi una utopía, aunque los perseverantes militantes del optimismo se nieguen a rendirse ante las evidencias.
El cinturón de acero
"Alguien a quien le molestaba la presencia de las vías dentro de la ciudad catapultó la muletilla cinturón de acero o cerco de acero. La acepción surgió a partir de la premisa falaz, a mi leal saber y entender, de que las líneas ferroviarias en torno del casco urbano impedían el crecimiento de nuestra capital", afirmó Víctor Hugo Rossi, abogado y consultor en transporte ferroviario.
Rossi, que en la actualidad cursa el posgrado de especialización en ingeniería y agrimensura legal, destacó que durante la intendencia municipal de Juan Luis Nougués, en 1927, el fundador de la entonces nueva fuerza política Defensa Comunal, elaboró un Plan Regulador de Crecimiento de la ciudad. El proyecto disponía que las nuevas líneas ferroviarias y el aeródromo debían instalarse en las afueras del casco céntrico. "También proponía la incorporación de cinco líneas de tranvías eléctricos. Uno de los tendidos debía llegar hasta el cementerio del Norte y otro, hasta el Camino del Perú y avenida Mate de Luna. Pero ninguno se materializó", agregó.
Otra iniciativa
En 1947, el entonces senador nacional por Tucumán, Luis Cruz (período 1946-1952), presentó un proyecto en el Congreso para trasladar las tres estaciones de trenes de trocha métrica desde la capital tucumana hacia las márgenes del río Salí, en lo que hoy sería la actual avenida de circunvalación. Según Rossi, que desde hace cuatro décadas trabaja en el ámbito municipal capitalino, solo la estación Sunchales del ex-Mitre, de trocha ancha, debía quedar frente a la plaza Alberdi. El asesor de quien también fue gobernador de la provincia entre 1952 y 1955, era el ingeniero LuisVicente Elata, puntualizó Rossi. Él es nieto de Federico Rossi, fundador de la Villa Marcos Paz, en Yerba Buena.
En 1950 la iniciativa Cruz se modificó. El traslado y construcción involucró las cuatro estaciones capitalinas. Estas debían erigirse en una continuación de la otra en otro predio de una margen del río Salí. Precisamente, al frente del parque 9 de Julio, a metros de la actual avenida Coronel Suárez.
Reflotado
"La propuesta de Cruz tampoco pudo concretarse. Pero en 1960 el gobernador radical Celestino Gelsi (período 1958/1962) recicló el proyecto del ex mandatario peronista, con algunas modificaciones", subrayó el letrado, de 60 años y padre de tres varones.
El consultor ferroviario explicó que en diciembre de 1970 el entonces presidente de Ferrocarriles Argentinos, general de división e ingeniero ferroviario Juan Carlos de Marchi, lanzó un plan de modernización. "El anuncio, que fue formalizado en Mendoza, preveía inversiones por 850 millones de dólares en un plazo de cinco años. A través de ese proyecto de remodelación ferroviaria, De Marchi firmó un convenio en 1971 con el en esa época interventor de la provincia, Carlos Alfredo Imbaud (1970-1971), para planificar los trabajos.
Dos consultoras
De Marchi contrató las consultoras ferroviarias Conarsud (Consultora Argentina de Sudamérica) y Sofreriel (de origen francés). Ambas elaboraron el proyecto de obra. "La estación única de cargas de trocha métrica debía construirse en Los Vázquez y la única de pasajeros, en El Bajo, en la estación Tucuman N (ex San Cristóbal). En realidad esta última debía ser remodelada y ampliada. Y el nuevo acceso del entonces Ferrocarril Mitre debía arrancar de la estación Cruz del Norte", subrayó Rossi.
Lo cierto es que todo quedó en proyecto. El tiempo transcurre y el ferrocarril hace más de 21 años que fue privatizado.
El ex fiscal general de Estados Unidos, Robert Francis "Bobby" Kennedy (1925-1968), sostenía: "el progreso es una bonita palabra. Pero el cambio es su motivador. Y el cambio tiene sus enemigos".